Porque me miento si digo, que tu mirada no fue mi mejor testigo.
Porque aunque ya no me duelas, a veces busco tu nombre en mi chispera.
Porque aún no vino el olvido, para llevarse el último de tus abrigos.
Por nadar y no guardar nunca la ropa, por los dedos juguetones del destino.
Porque fuimos lo que fuimos, porque fuimos lo que fuimos.
Porque puesto a confesarte, aún le tengo miedo a tenerte delante.
Porque en cuanto me descuido, me atropella algún recuerdo en el pasillo.
Porque no puedo negarte, que te quise sin querer y más que a nadie.
Porque mi doctor previno, que para este corazón estás prohibido-