No se por que lo recuerdo hoy, si lo que voy a contar pasó exactamente un 19 (o 18?) de febrero. No se, hoy no es un día común a cualquier otro del mes. Hoy es veintiuno y se hacen 8 meses de conocerte. Hacen 3 que ya no estamos juntos y recuerdo como si fuera ayer aquella última tarde. Fue una tarde de película encontrada en el cable. De mimos y de besos. De merienda y de fotos (y otras cosas más). Tenías un partido de fútbol pendiente esa misma tarde. Tu mamá me alcanzaría a la estación, y de paso a vos hasta el lugar del compromiso, me saludaste con un beso, y no se porqué pero le agregaste un abrazo tan tierno, largo y acogedor, distinto a los de siempre, difinitivamente fue uno de los más lindos que me habías dado. Bajaste del auto y yo también para pasar a la parte delantera del auto acompañando a tu mamá. Como llegabas tarde, fuiste trotando hasta el club y en el momento en el que yo baje del auto, volteé para mirarte, y te vi, corriendo, alejándote cada vez más de mi. Imaginando todo como una mala pasada de mi destino, desafortunadamente, así fue. Desde ese día no paraste de alejarte de mi. Quizás haces un pequeño acercamiento, pero desde luego, tu mejor tarea siempre será correr.

(Para cuando pares, yo estaré ahí.)