Me fuiste deshojando de cada uno de mis sentidos habituales. Mi positividad, mi paciencia, mi alegría, se fue acabando con el tiempo. Cada pétalo caído no digo que haya sido una lágrima, pero si una esperanza. Asimismo se fueron cayendo cada una de las ilusiones, planes y sueños. Dejando solo el corazón de esta flor, convirtiéndose vacía, solo tallo y centro. Cuerpo y corazón. Tan nítidas mis facciones, tan neutras sus espinas. Secas ambas, de raíz.
Una flor llena de nada.