Siete meses me pesaban en la espalda. Toda la primera mitad del año esperando las vacaciones de invierno. Esperándolas para poder seguir, y acá me encuentro. Me encontraré sola y mirando por la ventana (mientras llueve) y sonando "A bad dream" de Keane de fondo, a eso se le sumará que hoy cumple años la persona por la que más sufrí en 17 años. En otro momento de mi vida, este día sería un caos para mi felicidad. Probablemente estaría tirada en mi cama llorando, durmiendo con mis ojos hinchadísimos, o muerta en vida. Sin embargo, acá estoy... Bien viva y con una sonrisa en el rostro. Fueron vacaciones reflexivas y confirmativas. Así es.

Todo el tiempo luché contra el tiempo, siempre queriendo volver atrás, pues hoy, hago una tregua con el mismo. Cuando mis esperanzas eran ya nulas, decidí unírmele, y repetía en mi mente todas las mañanas el tiempo lo cura todo.

Y difinitivamente no me siento vacía. Hoy me acompaño más que nunca. Dejando vivir a mi ser, un poco en paz. Me siento (como quién diría) más pura. Hoy ya soy solo mía. Nadie tiene mi otra mitad y no estoy apresurada en buscar a quien le pertenecerá. Me debo un tiempo de felicidad. Este es mi tiempo.